Pues nada...Más de lo mismo. Hace poquito me fui a verla con mi novia y tuvimos una bronca, así que al menos que la crítica merezca la pena.
Dejando aparte la temática, que es mazo polémica, se nota perfectamente la mano de Steven Soderberg detrás de la cámara. La película, lenta. A mí se me hizo lentérrima o más, por lo menos hasta Santa Clara. Me han gustado mucho los intermedios de explicación en los que se ve al Che en la O.N.U. (quizá porque la estaba estudiando), que desde mi punto de vista son los que mueven la película, además de las preguntas de la periodista. Y son escasos, y muy espaciados. Creo que en general la visión que ofrece es bastante objetiva, aunque a veces se deja entrever un partidarismo leve. Los encuadres, típicos: cámara en mano o dos estáticas variando la posición. Nada espectacular, vamos.
La caracterización es genial: tanto Che como Fidel, son idénticos. La interpretación de los actores me ha dejado bastante que desear, claro que no hay mucho que decir. Están ahí, y sólo tienen que molar, que son leyendas. Y la película llega hasta cuando van a dirigirse a La Habana. Habrá que esperar a la segunda. En genaral, tirando a normalilla, pero menos política de lo hubiera querido que fuese.
Nota: 6.75.
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