
Dirigida por M. Night Shyamalan, director del Sexto Sentido y con un reparto nada conocido, es una película basada en un cuento japonés infantil. El guión está bastante cuidado y la dirección a manos de Shyamalan (que debuta aquí como actor) no deja indiferente. Escenas cargadas de intimismo, planos cortos de caras y quizás un ligero exceso en la duración de ciertas tomas. Los personajes son entretenidos y tienen un desarrollo pequeñito a lo largo de la historia, que transcurre en un bloque de apartamentos en torno a una joven que aparece de repente y necesita ayuda (papel que hay que resaltar, porque la protagonista femenina lo borda).
Hay momentos de ciencia ficción, por supuesto. Y no son escasos. Además, tened en cuenta que es una película de quien es. Hay guiños, chistes para freakies y algún momento de excesivos efectos especiales. La típica batalla bien-mal por salvar el universo, y esas cosas.
Por lo demás, es un bonito cuento que os puede gustar o no. A mí me encantó, la verdad. Muestra una parte muy humana de un grupo de personas normales que quieren creer en algo extraordinario. Le doy un 6.
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